Cuando se habla de manipulación de alimentos, se entienden las plagas como aquellos animales que, en contacto con los alimentos, producen su alteración o contaminación, o que simplemente resultan molestos.
Las plagas más comunes en los locales donde se manipulan alimentos son:
+ Roedores, tales como ratas y ratones.
+ Insectos, como moscas, cucarachas, hormigas, gorgojos...
+ Pájaros, como palomas o gorriones.
En caso de que las plagas penetren en el establecimiento deberán tomarse las medidas necesarias para eliminarlas (medidas activas). Estas medidas pueden ser físicas (aparatos de electrocución, ultrasonidos) o químicas (insecticidas, raticidas). Siempre que se utilicen medidas de lucha activas, como insecticidas y raticidas, deberá hacerse un análisis detallado de la plaga, determinar los productos más apropiados, métodos de aplicación, dosis, etc. Sólo deberán ser aplicados por empresas o personal autorizado.
En cualquier caso, las plagas deben controlarse para prevenir la difusión de enfermedades, para impedir la pérdida material de alimentos y para cumplir las leyes establecidas al efecto. El control de plagas es un aspecto que la normativa regula como elemento indispensable del sistema APPCC (artículo 3 del Real Decreto 3484/2002 sobre normas de higiene para la elaboración, distribución y comercio de comidas preparadas).
Se debe disponer de una empresa autorizada que realice las labores correspondientes a cada establecimiento en función de los riesgos que éste presente y según los procesos que se realicen con los alimentos. Los trabajadores que realicen las tareas deberán estar acreditados y en caso de disponer de trampas, deberás tener la documentación específica sobre ésta.
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